¿Dónde has estado, corazón?.

Muchas veces me he preguntado si es necesario el amor. Y respuestas encuentro en cada avenida, bulevar y colonia que transito. No todas con la claridad más sí con la evidencia de que el amor es una necesidad mutua. Desde este lugar donde escribo, para su servidor el amor es en parte una moda; como el niño que presume el juguete con sus amigos para que éstos se embelescan y no piensen en otra cosa que adquirirlo. La comparación puede sonar precoz pero el amor lo es, o, ¿cuántas veces hemos visto relaciones maduras, estrictas? pocas veces; ¿cuántas veces se subordinan al inconsciente? muchas veces.

En el amor las cosas de la vida cotidiana pueden pasar desapercibidas: Si una vendedor estafa a un cliente, nos enojamos; si nuestra pareja nos estafa con palabras maquilladas, suplicamos que vuelvan a ser repetidas; si nos roban una posesión, protestamos; si nos roban ilusiones, callamos y andamos; si nos alzan la voz, nos sobresaltamos; si nuestra pareja nos grita, subimos al volumen pues es la música del enamorado; si vemos esclavitud, enojados condenamos; si has de arrastrar con mentiras a tu espalda, bajas la vista y olvidas levantarla. Parece un mundo alterno, dos personas enfrascadas en un sola vida que protegen de todo, hasta de ellos mismos.

Para ti el amor es solo un beso, un abrazo. Para ti el amor es sólo no ser la burla de un montón de gente machista. Para ti el amor es sólo sentirte dominante, saberte triunfante y engañarte. Para ti el amor es sólo una colección, un articulo más en tu vida sin resplandor. Para ti el amor es no saber quién eres y jurar conocerle. Para ti el amor es no estar solo y vivir prisionero de otro. Para ti, que no sabes qué es el amor, te diré que no es un privilegio, te diré que no es una bendición, te diré que es un oscuro calabozo con mesa para dos.