"This is not the sound of a new man or a crispy realization. It's the sound of the unlocking and the lift away. Your love will be safe with me."

martes, 13 de enero de 2015

(...)

La siguiente es una entrevista realizada en algún lugar, en algún momento, a una persona, bajo alguna circunstancia. Los nombres se han omitido pero sepa que podría ser usted. De hecho es usted. No se haga.

Así que, esta es tu casa.

-Sí, bastante Grunge, diría yo.

Tu perro ladra mucho.

-Sí, necesita sexo.

¿No sera homosexual?

-Nunca se lo he preguntado.

Digo, por la manera en que ladra.

-Yo pensé que lo decías por el color.

No, yo también tengo un perro color negro.

-Oh, el color de la heterosexualidad.

¿Cómo es que obtuviste esta casa?

-Es una larga historia: mi madre murió.

Oh, lo siento mucho.

-Descuida. Solo no subas los pies al mueble.

¿Y tu padre?

-Leyendo Hamlet.

¿Crees en Dios?

-Creo en que el repartidor de pizza llegará a tiempo y es en todo lo que necesito creer por el momento.

Oh, hombre de poca fe.

-De mucha, diría. Nunca llegan a tiempo.

¿Casado, divorciado, soltero?

-Toda la pizza es para mi.

¿No crees en el amor?

-Creo que es Hawaiana.

¿Ese cuadro que tienes en la pared es abstracto?

-Es psicótico. Creo.

Al llegar noté un letrero que decía: "bebé a bordo". ¿Tienes hijos?

-Ya no había de "cuidado con el perro". Igual ambos ahuyentan.

Oh, una playera del Real Madrid. ¿Te gusta el fútbol?

-Oh, sí. Esa me la pongo cuando me veo al espejo.

¡Campeón!

-Egocéntrico.

Veo que te gusta Call Of Duty.

-Es como Grand Theft Auto pero sin las palabrotas.

¿Tomas?

-Agua que se convierte en vino.

Complejo de Dios.

-Se le llama agua loca, amigo mío.

Psicólogo, ¿cierto?

-A veces más veterinario.

Veo que te gusta escribir.

-Lo sé. Soy hombre muerto.

Veo que tienes un tatuaje. ¿Es hebreo?

-Más bien es henna.

¿Hablas algún otro idioma?

-Español sin acentos.

Supe que caíste en una fuerte depresión.

-Y la cabrona se reía de mi.

Eres un ejemplo de vida.

-Al menos no fui analogía.

¿Bebes café?

-Ya te dije que no tengo madre.

¿Y ese olor?

-Ah, eso es masonería.

¿Incienso?

-Algo así pero no tan inquisitorio.

Un placer haber hablado contigo.

-Hasta parece que hablaba solo.

¿Acaso fui desatento?

-O viceversa.

Una disculpa. La historia me ha absorbido.

-Y a mi la geografía conmovido.

domingo, 11 de enero de 2015

En pantalla

De donde soy, el cine es un lugar sin opciones. Todo lo que se ve en cartelera suele ser lo mismo de siempre: animaciones, explosiones, terrores y alguna que otra muestra de nacionalismo que termina por ser más decepcionante que verdaderamente inspiradora. Realmente es triste observar una cartelera con 15 producciones y que solamente dos realmente valgan la pena (lo demás son blockbusters o títulos tan decepcionantes como abrir un Kinder Sorpresa y que te salga un rompecabezas). El cine se está convirtiendo en algo exclusivo —no todos tienen acceso a las buenas películas— y prisionero de un sistema que antes de favorecer las buenas historias da prioridad a aquello que enriquezca por más inocuo que sea. Pero, de vez en cuando, suelen llegar producciones que valen la pena el desembolso no solo de la entrada, sino de todo el demás consumo que implica el día de hoy visitar un cine —aunque en ocasiones las películas no valgan un centavo—. Y en esta ocasión hubo dos películas que no quise desaprovechar la oportunidad de ver, de disfrutar: "John Wick" y "Fury".

La primera es una película que tiene como protagonista a Keanu Reeves, quien interpreta a un prestigioso y certero asesino retirado que, tras un robo en su casa y el asesinato de su mascota —presente de su fallecida esposa—, decide volver a las andadas para que aquellos que la hicieron la pagaran. La historia no entrega grandes actuaciones, mucho menos escenas para recordar, pero sí entrega mucha acción, sangre y traiciones que sera siempre fundamental en un género como este para mantenernos atento a la pantalla. En lo particular, no fue de mi agrado total puesto que la historia me pareció algo chata, eclipsada más por las descargas de adrenalina y de balas. Una película de acción también puede —y debe— tener su trama. Y aquí se careció de una que atrapara.

La segunda es definitivamente mi favorita en esta dupla. Una película que habla sobre un sargento y su grupo de soldados que tratan de solventar una misión imposible en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. El mensaje principal de esta cinta me parece está en el coraje, en la gallardía que se debe presentar en esos momentos de aniquilación total (sobre todo para uno de sus personajes, un inexperto joven manejando su primera experiencia en el campo de batalla) y más cuando se encuentra uno en desventaja. Aunque por momentos la película pueda tener sus momentos bajos y generar preguntas relacionadas al año y armamento militar, me parece es una buena producción, una buena historia, con un reparto que incluye a Shia LaBeouf, Logan Lerman y Brad Pitt; éste último sin una actuación memorable pero siempre contundente a la hora de interpretar su personaje.

Solamente espero —y deseo— que en posteriores publicaciones, siga presentando a ustedes películas de las que valga la pena comentar. Y al parecer, "American Sniper" y "Selma" serán incluidas en la cartela próximamente. Por lo pronto, hasta entonces.

(...)

El amor nunca gana. Es una mentira. He visto cómo personas tras años de relación rompen por odio, rencor. El amor es más bien una arcilla. Como esa que une, uno a uno los adoquines de una construcción o a la que el artista da forma hasta llegar a la creación. Pero definitivamente hay cosas más fuertes que ésta. Como la pólvora o el fuego. Capaz de destruir en un instante lo que con años se erigió. Capaz de reducir a las cenizas aquella edificación. Pero aun así la bondad del amor, el motivo por el que sigue siendo el discurso preferido del hombre, aun por encima de toda catástrofe o percance, la razón por la que sigue siendo asociada con el corazón, es porque une a todo a un complejo sistema bajo un solo caparazón. El amor nunca gana. El amor es un avalón.