¿Qué son las disculpas? ¿Cuándo son curativas? ¿Cuándo morales? ¿Son prueba realmente contundente de nuestro arrepentimiento o simplemente una característica más de nuestro ego? Si bien no hay una respuesta que despeje de más cuestionamientos (lo cual es alentador) sí se presentan distintas hipótesis y teorías en busca de aclarar el panorama. Como verán, todo cuanto se relacione con el ser humano sera tema de altísimo interés, pues, los hilos que se mueven subjetivamente marcan tiempo y rumbo en él.
Definitivamente todos hemos hecho alguna vez algo que nos hace sentir mal, nos empequeñece, nos hace sentir despreciable; cual avestruz, desearíamos poder introducir nuestras cabezas debajo de la tierra. ¿Por qué nos hiere tanto algo que no podremos solucionar pues queda bajo la bitácora del día? ¿Sera porque nuestro superyó, elevadamente moral, busca hacernos sentir bien por medio de la palabra o acto? o ¿porque todos lo hemos vivido y, como humanos que somos, sabemos que aunque una disculpa no sera la solución sí nos hará ver al menos interés departe de nuestro interlocutor? La moneda sigue en el aire.
Un mundo y millones de cabezas que piensan y actúan de distintas maneras no aporta una respuesta contundente pero sí nos otorga una idea: la importancia de ser considerado, de que para el interlocutor tenemos valor. Algunos son tan orgullos que no tienen consideración por sí mismas, otras son tan consideradas que no dejan espacio para ellas. Lo cierto es que, una disculpa puede ser la diferencia entre una longeva enemistad o el comienzo de una historia distinta; no hacerlo, desde lo moral, puede ser el comienzo de encoger la cabeza o pensar que lo merecemos cuando alguien más no lo hace.
Definitivamente todos hemos hecho alguna vez algo que nos hace sentir mal, nos empequeñece, nos hace sentir despreciable; cual avestruz, desearíamos poder introducir nuestras cabezas debajo de la tierra. ¿Por qué nos hiere tanto algo que no podremos solucionar pues queda bajo la bitácora del día? ¿Sera porque nuestro superyó, elevadamente moral, busca hacernos sentir bien por medio de la palabra o acto? o ¿porque todos lo hemos vivido y, como humanos que somos, sabemos que aunque una disculpa no sera la solución sí nos hará ver al menos interés departe de nuestro interlocutor? La moneda sigue en el aire.
Un mundo y millones de cabezas que piensan y actúan de distintas maneras no aporta una respuesta contundente pero sí nos otorga una idea: la importancia de ser considerado, de que para el interlocutor tenemos valor. Algunos son tan orgullos que no tienen consideración por sí mismas, otras son tan consideradas que no dejan espacio para ellas. Lo cierto es que, una disculpa puede ser la diferencia entre una longeva enemistad o el comienzo de una historia distinta; no hacerlo, desde lo moral, puede ser el comienzo de encoger la cabeza o pensar que lo merecemos cuando alguien más no lo hace.
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