He oído hablar de hombres.
He oído hablar de amor.
He oído hablar de víctimas.
He oído hablar de héroes.
He oído hablar de villanos.
He oído hablar de amaneceres encandilantes.
He oído hablar de inmisericordes noches.
He oído hablar de rencores eternos.
He oído hablar de alegrías inolvidables.
He oído hablar de días que acaban y memorias que reviven.
He oído hablar de la más dulce mujer.
He oído hablar del más bello ramo de rosas.
He oído hablar del más amargo de los besos.
He oído hablar de la más apócrifa de las sonrisas.
He oído hablar del más remoto paraíso.
He oído hablar de retorcidas pezuñas.
He oído hablar de espíritus musitando.
He oído hablar de demencia y decencia.
He oído hablar de la voluntad del poder.
He oído hablar de días grises en primavera.
He oído hablar de acordes y acuerdos.
He oído hablar de vitoreos y tiroteos.
He oído hablar de margaritas y anhedonistas.
He oído hablar de teología y filosofía.
He oído hablar de verdades y mentiras.
He oído hablar del más sanguinario de los holocaustos: tu mirada.
He oído hablar del más inexorable de los verdugos: tu voz.
He oído hablar del más prominente de los templos: tu cuerpo.
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