¿Cuándo sabe usted que es necesario actuar? ¿Cuando ha caído y se encuentra golpeado? ¿O cuando ha sangrado y está repleto de moretones? Quizá sea por eso que vivamos siempre en el carril contrario. Donde más posibilidades hay de salir en camilla que por nuestro propio pie. Quizá nos encanta realizar el papel de mártir. Nos encanta acaparar toda la atención. Nos encanta ser el centro de acopio de la caridad de otros.
La compasión invade nuestro cuerpo día a día. La sentimos en cada opaco momento que encabezamos, en cada monótono paso que damos. Lo vemos en los rostros de la gente que transita las calles; unos tratando de hallar en el suelo una explicación coherente, unos mirando al cielo en busca de rutas que jamás vera y otros acariciando las mejillas de quien juran es su amor incondicional. Unos ganan monedas por ello, otros pasajes sin destino.
Es la indefensión ante los hechos; la indefensión ante lo que hemos construido y que con su peso nos ha abatido. Negarlo, es algo natural; permitirlo, roza la tortura. Porque no es de la vida de quien debemos quejarnos, no; no es de la nubes y sus relámpagos, no; no es de las palabras ni lo actos, no; es de nuestra parda voluntad por hacer de esta vida algo más que una rutinaria travesía.
La compasión invade nuestro cuerpo día a día. La sentimos en cada opaco momento que encabezamos, en cada monótono paso que damos. Lo vemos en los rostros de la gente que transita las calles; unos tratando de hallar en el suelo una explicación coherente, unos mirando al cielo en busca de rutas que jamás vera y otros acariciando las mejillas de quien juran es su amor incondicional. Unos ganan monedas por ello, otros pasajes sin destino.
Es la indefensión ante los hechos; la indefensión ante lo que hemos construido y que con su peso nos ha abatido. Negarlo, es algo natural; permitirlo, roza la tortura. Porque no es de la vida de quien debemos quejarnos, no; no es de la nubes y sus relámpagos, no; no es de las palabras ni lo actos, no; es de nuestra parda voluntad por hacer de esta vida algo más que una rutinaria travesía.
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