Evidentemente la distancia desgasta las relaciones. No es lo mismo tener el objeto cerca de ti, que tenerlo lejos de ti. Esa constante inversión se trunca ante la ausencia de objeto. Y aunque podamos tener una representación de él en nuestro interior no es lo mismo que tenerlo presente, no es lo mismo el día a día. Pero aquí lo irónico de la situación no fue que la ausencia oxidara una relación porque no fue así. Acá lo que sucedió fue que después de la carta nada fue igual. Lo que se suponía que fuese lo opuesto, que acentuara la relación, termino por separarla. Porque antes de la carta había una mayor cercanía, una mejor convivencia; después de la carta las cosas se vinieron totalmente abajo. Así que el deterioro no se dio por un mensaje de texto, se dio desde tiempo atrás. El mensaje de texto fue una expresión, imprudente, sí, mas no colofón.
Lo que aún no puedo entender es cómo una persona que te gusta, y que se lo manifiesta a otras personas, no te lo dice a ti. No se si ella esperaba que yo me acercase más o fue su timidez o el motivo que me quieras poner pero definitivamente sus decisiones en dichos momentos también afectaron toda esa serie de eventos que propiciaron el actual presente. Acá el problema es que uno queda como el malo por algo que está lejos de ser una acción violenta o irrespetuosa de mi parte y ella queda como la pobre mujer ofendida, incomprendida, malquerida. Se habla tanto de ponerse en los zapatos del otro pero nunca hubo eso departe de la contraparte. Se habla tanto del poder femenino pero dicho poder nunca se manifestó en la forma de lenguaje. Pero los errores de ella nunca fueron tan marcados como los míos pues el tema no era ella, era yo, por más de que sus errores, su mutismo, también allá afectado en el transcurso de la situación.
Creo que uno de los problemas del amor, al menos cuando se habla de relaciones, es que se espera que el hombre de el primer paso, regale la primera flor, manifieste sus sentimientos hacia ella, dejando a las mujeres en un plano secundario, a la espera de que el hombre llegue a ellas cuando ellas también pueden manifestarse, también pueden expresar lo que sienten por la otra persona. Te puedo asegurar que 9 de cada 10 relaciones —diría que las diez pero dejaré espacio al error— empiezan porque el hombre dio el primer paso, fue el que se declaro, fue el que se acerco, cumpliendo su función de rol asignado por la social y por ciertos cánones que en ocasiones no suelo entender. Después las mujeres se quejan de que juegan un papel secundario en una relación cuando ellas también han permitido dicha posición, también suelen seguir esos roles sociales consciente o inconscientemente. ¿Cuándo has sabido de una mujer que le declare matrimonio a un hombre?
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