“Es la conciencia de determinados rasgos compartidos por una colectividad, y la aceptación de un estilo de vida que incluye un peculiar sistema de normas y valores” (Rodríguez & Ramírez, 1996) El libro en turno nos muestra dicha definición de identidad. Lo cual podemos comprobar en la actualidad que no existe como tal. No es un concepto que se maneje en su fiel interpretación porque hemos arrumbado toda la sepa mexicana y adoptado otras que nos van llegando del extranjero, cuyo principal exponente es Estados Unidos; mejor conocido como el vecino del norte o los gringos. Pero no vayamos tan lejos. En nuestros propios hogares la influencia de la mujer se ha convertido en el todo de muchos niños o adolescentes quienes no cuentan con un padre, ya sea por su fallecimiento o por el abandono del hogar, lo cual hace que el papel de la madre sea eje central. E incluso, me atrevo a decir, aun y con el padre dentro del círculo familiar la madre aporta un aprendizaje mayor que el del padre; que regularmente cuenta con un papel más de disciplina y monetario.
Regresando a la invasión extranjera que se ha sucitado bajo el contexto de la globalización, México poco a poco va perdiendo su esencialidad, su singular visión del mundo que era dignificado en casa y no era interrumpido por ideas del exterior que permean muy dentro del individuo. En la actualidad, desde la forma de vestir donde podemos encontrar señoritas vestidas de manera demasiado explicito, superando lo sensual; hasta varones que buscan engrandecer sus músculos como parte del legado que los americanos han dejado respecto al cuerpo. También se puede notar en las tiendas de conveniencia, desde misceláneas hasta franquicias de mayor prestigio como OXXO, como los artículos y productos americanos se han establecido por el consumo y aceptación que ha conquistado al ciudadano. Antes eran contados los productos que llegaban de tierras lejanas ponderando los productos elaborados dentro del país; lo que impulsaba la economía nacional.
A estos ritmos que se llevan, no existen más aquellas épocas doradas del territorio azteca cuando solía ser una viva imagen de él; desde las novelas que recalcaban la importancia de los valores como el de la familia u honestidad, los juegos como la lotería o canicas y los artistas netamente nacionales que impregnaban desde romanticismo hasta valentía, todo eso y más formaba parte de una armónica sociedad, que si bien las crisis, la delincuencia y corrupción le afectó, no le dominaban ni devoraban. Ahora tratamos de impedir que las consecuencias derriben.
Regresando a la invasión extranjera que se ha sucitado bajo el contexto de la globalización, México poco a poco va perdiendo su esencialidad, su singular visión del mundo que era dignificado en casa y no era interrumpido por ideas del exterior que permean muy dentro del individuo. En la actualidad, desde la forma de vestir donde podemos encontrar señoritas vestidas de manera demasiado explicito, superando lo sensual; hasta varones que buscan engrandecer sus músculos como parte del legado que los americanos han dejado respecto al cuerpo. También se puede notar en las tiendas de conveniencia, desde misceláneas hasta franquicias de mayor prestigio como OXXO, como los artículos y productos americanos se han establecido por el consumo y aceptación que ha conquistado al ciudadano. Antes eran contados los productos que llegaban de tierras lejanas ponderando los productos elaborados dentro del país; lo que impulsaba la economía nacional.
A estos ritmos que se llevan, no existen más aquellas épocas doradas del territorio azteca cuando solía ser una viva imagen de él; desde las novelas que recalcaban la importancia de los valores como el de la familia u honestidad, los juegos como la lotería o canicas y los artistas netamente nacionales que impregnaban desde romanticismo hasta valentía, todo eso y más formaba parte de una armónica sociedad, que si bien las crisis, la delincuencia y corrupción le afectó, no le dominaban ni devoraban. Ahora tratamos de impedir que las consecuencias derriben.
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