"This is not the sound of a new man or a crispy realization. It's the sound of the unlocking and the lift away. Your love will be safe with me."

lunes, 25 de abril de 2016

5:30

¿Quién se murió o quién no está aquí pues hablan tanto? O más bien, debería de preguntar: ¿tanto guardan que hablan tanto? Quizá no sea ausencia el motivo de las palabras sino presencia. Como el reflejo con el que se habla. Como la sombra con la que se baila. Yo no soy el loco aquí, soy el que grita. Y gritar no es locura, es manifestación. Es el sentimiento intensificado que busca su expulsión y la encuentra por medio del sonido, uno fuerte y extenso, que se desliza entre los oídos, ramas y pasillos; puertas, ventanas y cocheras; por debajo de la puerta o por en medio del gatillo —¡que te calles te digo!—; que va de aquí a allá sin fronteras, sin barreras de esas que el hombre gusta de traspasar; sin leyes que tarde o temprano acabará de manipular —ganar, ganar—; su fusión con el aire, le da una cualidad de transparencia e ingobernabilidad, cualidad de ser viviente, de organismo vital, transeúnte de tus oídos y huésped de tu mente; así pues, le pregunto a usted, ¿alguna vez ha sometido al viento, puesto en cautiverio y extinguido? ¿Alguna vez ha estirado la mano topándose con el grito de alguien más e inmediatamente soltado pues algo le ha mordido? ¿Alguna vez se ha identificado con un grito expresando "también es mío"? ¿Alguna vez ha tenido la sensación de haberlo escuchado en algún lugar y resulta que estaba dormido? Un grito es parte de este gran volcán vertebrado cuya manifestación procura su vida; porque lo único que lo extingue es lo que no expulsa.

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