Una institución como Eminem no necesita introducción. Su nombre lo es por sí solo. ¿Quién no ha visto "8 Mile" o escuchado alguna vez 'Lose Yourself', 'Stan', 'My Name Is' o 'Ass Like That'? ¿Quién no lo ha escuchado a lado de Dr. Dre o Rihanna? Eminem no pasa desapercibido. Ya sea por una muy buena producción o una controversia, desde un inicio el rapero originario de Detroit ha figurado en el panorama del Hip-Hop con bastos merecimientos; ya sea por rodearse con los grandes o por su aguda capacidad de manifestarse escrita y verbalmente, Eminem es y será uno de los grandes iconos del género e inspiración para muchos más.
Y todo lo anterior para introducir su tercera producción musical y uno de los discos más importantes del nuevo milenio y del Hip-Hop contemporáneo, un disco que representó para Eminem la consolidación de su popularidad y respeto que lo catapultó a lo más alto de la fama, su álbum titulado: "The Marshall Mathers LP". Cuya portada no podría ser más significativa: la casa donde vivió y pasó sus épocas trágicas y turbulentas al igual que donde vivió momentos alegres. Una vuelta significativa: el cierre de un capítulo tormentoso y la apertura de un nuevo camino con más gloria y éxito.
Pero bueno, ¿qué de lo dicho por mi podrá resumir adecuadamente toda la oleada de sentimientos que despiertan y despertaron en Eminem, todo lo que representa y representó dicho instante en su carrera? Un momento catártico que resulto en un álbum sin tapujos, directo y controversial; en general, todo lo que representa su figura. Un material que comienza con la amenaza de asesinato con un humor muy ácido en 'Kill You' para continuar con una de las canciones más poderosas, reconocidas y crucialmente importante para su carrera como lo es 'Stan' que narra la historia de una obsesión por parte de un admirador hacía el rapero que lleva al primero a su muerte; todo bajo el marco de un beat con la angelical voz de Dido (entonando 'Thank You') que es al tiempo encantador y siniestro. En esas dos canciones bien se podría resumir lo que es el material: comicamente áspero y emocionalmente aplastante. Una confesión total de su persona: vulnerable y estoica a la vez.
Dentro del contenido de temas, no encontramos también con un par de sencillos de igual categoría que el anterior: 'The Way I Am' y 'The Real Slim Shady'. El primero en un tono totalmente amenazador, manifestándose de manera voraz y punzante, recordándonos quién es él y aquellas batallas a micrófono abierto de su famosa película; el segundo de manera más cómica asalta en complicidad con su compañero y amigo de trabajo y vida: Dr. Dre, con su característico estilo de producción a lo G-Funk. Ambos, aunque no de igual magnitud que 'Stan' sí de gran intensidad y contenido.
De igual manera, canciones más ligeras, tipo balada, se presentan en 'Marshall Mathers' —donde escuchamos a Em en compañía de una guitarra acústica al estilo de Everlast— y 'Drug Ballad' —el eslabón débil del álbum— donde el impacto del álbum no se pierde sino que continua bajo una atmósfera más tranquila pero sin desviarse de su máxima: la de no callarse nada; dedicando la primera unas cuantas líneas a la familia del rapero y los intereses por su fama. Otras canciones como 'Bitch Please II' —continuación del disco de Snoop Dogg "No Limit Top Dogg" lanzado un año antes— y 'Under The Influence' reunen a viejos sabuesos y conocidos para Eminem: en la primera, Dre, Xzibit, Snoop Dogg y Nate Dogg; y en la segunda el colectivo D12, del cual forma parte. Ambas una gran manifestación de Hip-Hop.
Por último, pero no menos importante: "Kim", una canción sumamente polémica por su contenido agresivo y hasta misógino, que nos presenta a un Eminem enfurecido y totalmente fuera de sí, violentándose hacía su pareja. La cereza de un pastel que no se distingue por su dulce y aromático sabor sino más bien por uno amargo y seco, uno al que no cualquiera puede hacerle frente y que deja infinidad de mal sabores y tragos amargos. Una experiencia personal por la que adecuadamente, entre lagrimas y risas, nos hizo pasar Eminem.
Una de las cosas invaluables del álbum es su narrativa. Y no porque sea fiel a una secuencia (desarrollo, climax y desenlace) o a una temática en particular sino por la manera en la que Eminem se despoja de todo ese gran peso sobre sus hombros y nos lo presenta de tal manera que acabamos siendo él, acabamos enganchados en sus sentimientos, en su tormenta interior, en su persona; un escenario que por momentos va más allá de lo musical y se torna bastante personal. La lucha de una persona que se convirtió en una identificación y aclamación colectiva: eso es "The Marshall Mathers LP". Si eres parte de la Generación Y o Millennials —o no—, y no has escuchado alguna vez este álbum, te estás perdiendo de uno de sus efemérides más notables. Simplemente imprescindible.
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