A propósito del quinto aniversario del lanzamiento de "My Beautiful Dark Twisted Fantasy", quinto álbum dentro de la discografía de Kanye West y producción esencial dentro de ella, traigo a ustedes su reseña, y a mi la pregunta: ¿por qué no la había hecho anteriormente? Para un álbum de su hegemonía y tras varias reproducciones continuas siempre con resultados positivos, ya hacía falta plasmar mi confesado aprecio. Cierto es, que anteriormente Yeezy había lanzado materiales como "The College Dropout" o "Late Registration" que habían sido igual de exitosos pero, lo que hace de este particular material una joya es el escenario en el que se desenvuelve su creación: la etapa más sombría y aparatosa en la trayectoria de Kanye Omari West.
Desde el incidente con Taylor Swift sucedido en la entrega de premios de MTV del 2009 donde intervino en la obtención de su galardón —que le adjudicó la celebre frase I'ma let you finish y el ascendente mote de Gayfish— hasta el termino de su relación con Amber Rose, el álbum encierra un momento aparatoso en la vida de West que lo obligó a exiliarse en Hawaii donde concibió, en su mayoría, "My Beautiful Dark Twisted Fantasy" rodeado de una gran lista de raperos y productores cercanos a él (un Rap Camp, como lo bautizaría) que aportaron inspiración para su creación. Basta con ver la controversial portada del álbum (creada por George Condo) que presenta una desfigurada versión de West y un fénix que bien describe lo que el álbum sería: un renacimiento, una manifestación interna.
¿Qué hace de "My Beautiful Dark Twisted Fantasy" uno de los mejores álbumes de Hip-Hop contemporáneos y no contemporáneos? Su cualidad de revelador, de exaltador de emociones, de sentimientos, evidencia contundente de revolución personal; en pocas palabras, un álbum real (palabra tantas veces utilizada dentro del género). Y, partiendo de esa autenticidad, nos topamos con canciones estremecedoras, brillantes, repletas de talento.
Con más de una hora de duración, el álbum hace lucimiento de notas elevadas que capturan nuestra total atención, para muestra, los toques poperos en 'Gorgeous' —una de mis favoritas no solamente por el beat tan simple y acertivo sino también por la astucia en la interpretación de West—, 'Power' y 'All of the Lights' donde los coros juegan un papel empático, de agrado, de afinidad, de go-with-beat pero que sin ello se opaque su contenido hiphopero, su mensaje a quien corresponda. Los últimos dos sencillos del álbum, siendo, el más peculiar, el protagonizado por Rihanna, donde una lista enorme de invitados (Drake, Elton John, Fergie, etc) colaboraron en ella acentuando su entonación glamurosa.
De igual forma, se encuentra cortes en una vena muy directa, de agallas, directo-a-la-yugular, como en 'Monster', 'So Appalled' o 'Devil in a New Dress'. En estas tres canciones, los invitados hacen un papel formidable. Desde la ya conocida calidad de Hova hasta la revelación en los versos de Nicki Minaj y Rick Ross donde ambos escupen fuego y dan la nota sobresaliente del álbum así como la incursión de un muy bueno rapero y talento emergente en aquel momento como Cyhi the Prynce; plus, el siempre eficaz Pusha-T. Definitivamente, el punto más raw se alcanza en ese tridente.
Pero, ¿qué es un álbum de Kanye West sin incluir canciones que toquen muy en lo profundo del oyente o que muestren la vulnerabilidad de un artista catalogado constantemente como egoísta? Claramente no sería un álbum del nativo de Chicago. Así que, la inclusión de ellos se da en 'Runaway', 'Blame Game' —¡donde Chris Rock hace acto de presencia!— o 'Lost in the World' —compartiendo micrófono con Bon Iver— siendo la más colosal la primera —también sencillo— donde West hace una confesión de amor pero no el sentido platónico sino más bien desde una zona más contemplativa y oscura plus el verso de King Push añade una perspectiva pedante, cretina —now pick your next move, you could leave or live wit' it—. En estos tres cortes se hace palpable lo turbulento tanto de su vida como de su situación sentimental.
"My Beautiful Dark Twisted Fantasy", como se pudieron dar cuenta, se presenta como una montaña rusa: comenzando de manera festiva para conforme se va tomando velocidad, de igual forma se va tomando seriedad; una autentica avalancha de texturas realizadas con un notable toque estético cuidando cada detalle. Pilar esencial en el trajín musical de Kanye West, aquí se demuestra con creces su capacidad de orquestador no solo como rapero sino también como productor y lírico. Tras haber lanzado un álbum polarizado como "808s & Heartbreak" y tras las dificultades en el camino, "My Beautiful Dark Twisted Fantasy" arriba no solo como un back-to-the-basic sino también como una prueba contundente del fructífero proceso de catarsis. Simplemente monumental.
¿Ahora entienden el por qué de mi afecto?
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