—Ves a esa muchacha de ahí, yo le dí matemáticas.
—¿Ah, sí? ¿Estuvo buena la clase?
—Sí, fueron fracciones.
—¿No se comportó reacia? Ya ves que luego las matemáticas son tediosas.
—No, hasta eso fue bastante cooperativa y dispuesta.
—Quién iba a pensar que las matemáticas tuvieran ese efecto.
—Te sorprenderías de los saltos que ha dado el estudiante. Ya no es como antes. Ahora todo es más liberal, no hay tapujos para las matemáticas.
—¿Ya vieron el nuevo vídeo que subieron a Facebook?
—No.
—Bueno, no es un vídeo tal cual. Es el live streaming de la pelea entre dos alumnos de la escuela y al tiempo que es transmitida, estudiantes como no estudiantes, comentan de dicho evento. Algo así como el Chávez vs Canelo pero sin saber quién va a ganar de antemano.
—¿Y los maestros?
—Dando calificaciones. La educación ante todo.
—Extraño los tiempos donde lo insignificante era insignificante. Ahora lo insignificante es masivo. Vivimos bajo una lupa que todo lo sobredimensiona.
—Lo que pasa es que tú nunca jugaste Mortal Kombat. La gente está teniendo una descarga de nostalgia. La sangre llama.
—¿Ya vieron los comentarios? "¿Desde cuándo hay brasileños en esta escuela?", "Hoy el ganador es el de los chicharrones", "¿Sky transmite esto?", "¿Es este juego compatible con mi Xbox One? Los gráficos son muy reales", "Los rudos, los rudos, los rudos... y el Atlante", "¿Esto cuenta como educación física?", "#NoEraKnockOut".
—Somos la audiencia de la audiencia.
—Ese brasileño perdió porque no movió las piernas.
—Ni los brazos. Era un tronco.
—¿Cuántas personas vieron esto?
—100. En horario de clases.
—Y si tocó una clase con el tirantes, el salón entero, te lo aseguro. Ese maestro enseña química como una boa; te asfixia.
—Podemos estar en presencia de la nueva sensación online. Pero nada como aquel topless.
—Aquel topless todavía me trae regresiones de la infancia.
—Ahora cuando lleguen a casa y les pregunten qué aprendieron en la escuela, dirán: "que el box es más que trompadas". Porque arrogancia sería decir que no se aprendió nada. Siempre se aprende algo.
—Bueno, pero lo que ahora necesito es recordar. ¿Dónde deje el canuto?
—En el hormiguero.
—Y mi humanidad por los suelos. Ya me odian las hormigas.
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