Si sucede algún tipo de conflicto, ¿a quién recurrir? Claro, se podrá decir "pues son adultos, que resuelvan sus cosas como tal", pero te sorprendería la cantidad de adultos que no saben hacer frente a dichas problemáticas. A lo largo del pasillo hay carteles de qué hacer en caso de incendio, de algún desastre natural, pero no de qué hacer en caso de emociones; estamos totalmente desprevenidos para tal evento. Cuando nos sucede algo así solemos actuar con la furia de un volcán. Y tal reacción tiene sus contras. Digo, está bien manifestar lo que uno siente y no ocultarlo bajo una sonrisa o un "todo está bien" o algo extremadamente positivista, en pocas palabras, ser fiel a lo que se manifiesta, pero en ocasiones solemos rebasar todo límite.
Y refugiarse en las personas no es para mi algo conveniente. Al menos no en el sentido de esperar que ellos apaguen el fuego. Una cosa es acercarse para hablar y otra para que esa otra persona hable por ti. En uno buscas un lugar donde depositar tus palabras, alguien que te escuche, similar a lo que hace quien se acerca con un amigo o con quien va a una iglesia; en el otro, alguien que esté de tu bando, que luche también tus batallas.
A veces me da la impresión que las personas mal interpretan el papel del otro, del semejante y se cree que es ese hermano de batallas que debe pelear con nosotros cualquiera de ellas, por más insignificantes o anodinas que sean; y no es así, esa otra persona está para ser apoyo en causas que beneficien el uno al otro, no que únicamente beneficien a uno. ¿En qué cambia mi vida, por ejemplo, el inmiscuirme en una problemática, en fricciones entre dos personas? En nada. En cambio, me ayudaría y mucho, una donde se construyan puentes peatonales o se pavimentaran calles. Eso es comunidad. Eso es un bien para la comunidad. Algo que a todos afecte y que a todos involucre en sus beneficios y perjuicios; no en una disputa del tipo "ella dijo, él dijo".
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