¿Por qué habrán cortado ese árbol si aún daba frutos? ¿Debería cortarme la cabeza en orden de que mi cabello no caiga más? La única naturaleza que entendemos es la nuestra. Y en ocasiones ni esa. La lógica humana no se mueve a base de utilidad, no cuando se trata de esa otra naturaleza. Se mueve en cuanto al tamaño del obstáculo. Y el árbol perdió la partida por sus hojas, esas que caían y tapizaban el suelo con una cadente naturalidad. Pero en realidad unos dicen que cayo como quien juega ajedrez y se deshace de piezas del tablero: por esa sensación que solo quien tiene el poder puede alcanzar. Lo único cierto es que ya no estaba ahí. Pero quién va a extrañar un árbol, ¿cierto? Para mañana se habrá olvidado que estaba ahí. Algunos ni recordaran que había algo ahí. Toda memoria sera trasladada al olvido; el verdadero asesino de toda humanidad.
miércoles, 28 de diciembre de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario