"This is not the sound of a new man or a crispy realization. It's the sound of the unlocking and the lift away. Your love will be safe with me."

miércoles, 28 de diciembre de 2016

1:0

Cuando en un artículo leí como la inseguridad no disminuía mientras que los grupos de delincuencia organizada aumentaban sus números, me pregunté cómo es que dichos grupos (minoritarios en comparación con el total de la población) suelen tener el éxito que tienen, la longevidad que suelen tener y la respuesta es, más allá de todos los susodichos problemas de corrupción del país, que ellos son una unidad, se comportan como un todo, manejan un objetivo en común. Mientras tanto, su contraparte, el resto de la sociedad, el lado de los "buenos", se encuentra fragmentada, dispersa, cada quien planeando (sea persona o grupo) su propia jugada. Lo he dicho antes y lo digo ahora, México es un archipiélago; no una isla. México es un conjunto de individualidades; no de juego en equipo. Cada quien por su lado busca hacerse camino entre la jungla, por aquí y por allá se logran abrir camino pero por lo regular no suelen llegar más allá de sus propias condiciones o términos o hasta donde la efervescencia del momento les dé para llegar. Ese compromiso que los grupos de crimen organizado suelen tener, esos vínculos que suelen presentar, es de lo que carecemos como nación y que tan bien nos vendría en el presente. De los grupos de crimen organizado no solo deberíamos aprender su lenguaje, sus costumbres, su manera de ser, vestir o actuar, también deberíamos aprender de esa parte donde el todo es más importante que sus partes. Con esto no digo que nuestros problemas como nación acaben pero al menos estaríamos más cerca de una solución unánime.

2:4

Los medios son como un mercado: ponen a tu disposición la mercancía que más vende, el producto con mayor demanda al frente. Cuando vea televisión o lea un periódico pregúntese si realmente lo que ve o lee es lo más importante, es lo más vital para nuestro desarrollo cotidiano. En muchas de las ocasiones la respuesta es no. Pero al no tener uno control del medio únicamente consumimos lo que se nos ofrece, lo que se nos pone a disposición. Una de las cosas negativas de los medios (sobre todo los televisivos) es que nos quieren pasmados, aplastados, consumiendo ya sea información o productos; nunca a ser analíticos o cuestionar. En cierto modo, la dinámica se parece al de un salón de clases: solo nos sentamos a escuchar, a digerir lo que se nos avienta, a acumular información, a colmarnos en ella, mas no a razonar, a pensar, a dar utilidad de lo que se nos dice; somos, en conclusión, un publico/alumnado pasivo.

2:3

¿Por qué habrán cortado ese árbol si aún daba frutos? ¿Debería cortarme la cabeza en orden de que mi cabello no caiga más? La única naturaleza que entendemos es la nuestra. Y en ocasiones ni esa. La lógica humana no se mueve a base de utilidad, no cuando se trata de esa otra naturaleza. Se mueve en cuanto al tamaño del obstáculo. Y el árbol perdió la partida por sus hojas, esas que caían y tapizaban el suelo con una cadente naturalidad. Pero en realidad unos dicen que cayo como quien juega ajedrez y se deshace de piezas del tablero: por esa sensación que solo quien tiene el poder puede alcanzar. Lo único cierto es que ya no estaba ahí. Pero quién va a extrañar un árbol, ¿cierto? Para mañana se habrá olvidado que estaba ahí. Algunos ni recordaran que había algo ahí. Toda memoria sera trasladada al olvido; el verdadero asesino de toda humanidad.

martes, 20 de diciembre de 2016

2:2

Para mi la privacidad es muy importante. Más importante que el amor. El amor es un tópico desgastado e incluso me atrevo a decir devaluado. El amor es un símbolo universal. En cambio, la privacidad es la medida exacta de cada persona. Parejas, solteros e incluso animales la necesitan. La necesitamos para sobrevivir en un mundo en el que cada vez hay menos espacio para uno, en la que cada vez hay menos capacidad de sorpresa o asombro, en el que todo se sabe pues habitamos un gran hermano. Ahora imagine su vida personal expuesta: desde qué come, qué ve, dónde ha estado, hasta saber detalles de su intimidad. Esa es la clase de vida que ningún ser humano desearía. Esa es la clase de vida que uno ve en televisión y cuyo mayor propósito es entretener a una multitud aburrida. Uno jamas desearía como propia tal vida pues, ¿realmente queda vida para uno o todo se va a los otros? Esa clase de vida intrusiva no es como ver una fotografía en Facebook; va mucho más allá, implica mayores intereses que el de solo mirar. Una vida en el ojo del huracán, es una vida de tormenta; y lo que menos quiere uno es compartir su vida con los otros.

...

El problema es cómo se ha divulgado la información. Porque una cosa es lo que la persona agredida dice, y otra es lo que el agresor dice. y ambas versiones son igualmente respetables. La gran diferencia acá es que el agredido llegó primero a dar su versión a un grupo de personas neutrales y tal versión se tomó como credo excluyendo completamente la otra parte; y sin la otra parte, no hay una visión completa de la problemática. Muchas de las cosas que se dijeron no sucedieron así. Muchas de las cosas no son como se dicen. El bullying, por ejemplo. ¿Se supone que aprenda a no practicar el bullying cuando esa practica no me corresponde? ¿Por que he de vivir con etiquetas que no me corresponden? Mi posición no es la de victima, es la de excluido. Mi versión realmente nunca quiso ser tomada en cuenta. Y ahora se espera de mi que tome una posición de apertura de las demandas de las personas, de los sentimientos de las personas, cuando eso no existió para mi. Cuando lo que existió para mi fue tomar partida de algo.

jueves, 15 de diciembre de 2016

2:4

"Durante el más largo tiempo de la historia humana se impusieron penas, no porque al malhechor se le hiciese responsable de su acción, es decir, no bajo el presupuesto de que solo al culpable se le deban imponer penas, sino, más bien, a la manera como todavía ahora los padres castigan a sus hijos, por cólera de un perjuicio sufrido, la cual se desfoga sobre el causante; pero esa cólera es mantenida dentro de unos límites y modificada por la idea de que todo perjuicio tiene en alguna parte su equivalente y puede realmente ser compensado aunque sea con un dolor del causante del perjuicio. ¿De dónde ha sacado su fuerza esta idea antiquísima, profundamente arraigada y tal vez ya imposible de extirpar, la idea de la equivalencia entre un perjuicio y un dolor? Yo lo he adivinado: de la relación contractual entre deudor y acreedor, que es tan antigua como la existencia de "sujetos de derecho" y que, por su parte, remite a las formas básicas de compra, venta, cambio, comercio y tráfico".

"La crueldad constituye en alto grado la gran alegría festiva de la humanidad más antigua, e incluso, se encuentra añadida como un ingrediente de casi todas las alegrías [...] Ver sufrir produce bienestar, y hacer sufrir, más bienestar todavía; ésta es una tesis dura, pero es un axioma antiguo, poderoso, humano. "demasiado humano", que acaso suscribirían ya los monos, pues se cuenta que, en la invención de extrañas crueldades, anuncian ya en gran medida al hombre y, por así decirlo, lo preludian. Sin crueldad no hay fiesta, así lo enseña la más antigua, la más larga historia del hombre, ¡y en la pena hay también muchos elementos festivos!".

En esas palabras de Nietzsche del libro Genealogía de la Moral, pertenecientes al capítulo dos de dicho libro que tiene que ver con la culpa, él explica como la palabra justicia no siempre fue como la conocemos ahora, como un forma de castigar a quien había hecho un mal, anteriormente era, un concepto anticuado que se derivaba de un concepto de mercado que se trasladó a la vida cotidiana mas no necesariamente bajo el mismo tipo de modelo pues realmente no había ningún tipo de intercambio entre las dos partes.

Tal ejemplo lo tenemos en la actualidad con los linchamientos y con los ajustes de cuentas que las personas suelen llevar a cabo. Dichos eventos buscan tomar "algo que les pertenece" de los deudores; algo que les hará "sentir mejor", algo que hará "justicia", algo que "equilibrará la balanza", pero en realidad tales cosas no existen. O si existieran son efímeras y pasajeras. Un país no mejora por el numero de personas linchadas ni una persona crece o se enriquece cuando lastima a alguien. Pero esa es la naturaleza humana; tan natural o aún más que cualquier obra de caridad.

Somos hijos de la violencia. Nos amamantamos constantemente de ella. Es el condimento predilecto del ser humano y basta con voltear a nuestro alrededor o encender la televisión y ver una pelea de box o un programa de comedia para ver como la violencia es parte de nuestro día a día. La violencia es un pilar de la humanidad y sino basta con ver el numero de guerras y demás conflictos que han existido, existen y existirán y que mueven al mundo de una forma sangrienta.

Cabría preguntarse si es necesaria tanta violencia, si realmente es necesaria para que lleguen "las cosas buenas". Un ejemplo claro lo tenemos aquí en México con la Guerra al Narcotráfico, The War On Drugs, que se desató tiempo atrás y que ha dejado un alto número de muertos que continua aumentando en un conflicto que parece no tener solución pues en vez de disminuir los números del narcotráfico estos aumentan en realidad.

Encontrar una respuesta en la violencia es una apuesta arriesgada del hombre pues es una en la que se va a todo o nada, en la que no suele haber vuelta atrás, y aunque hemos salido "avante" de dichos eventos violentos por lo regular da la sensación de que más que salir victoriosos como humanidad hemos salido perdiendo.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

1:3

La mejor parte de escribir es que la escritura permite errores, errores que al hablar no nos podemos permitir pues suelen tener una repercusión grave. Una palabra mal dicha, un verbo mal empleado, puede ser el acabóse de alguien. Escribir, al contrario de hablar, es un ejercicio que promueve el cambio pues nada está escrito en realidad. Al menos no en un sentido permanente como si suelen estar las palabras que decimos, que por lo regular suelen no tener marcha atrás. Escribir de igual forma es un ejercicio al que no le incomoda el paso del tiempo ni los espacios prolongados de silencio, que no requiere de un constante bla bla bla, es un ejercicio que permite las pausas y abraza los retornos. Escribir es, también, la mejor de las terapias pues permite a uno abrirse y expresarse, una vía de asociación libre inigualable.

1:2

Aquí el problema no es que alguien estornude o que alguien tosa porque dichas conductas son parte de nuestro organismo, parte de nuestro ser; el problema aquí es, como lo ha sido a lo largo de este tiempo, la intencionalidad, el dar a esas conductas naturales un significado no tan natural. Pero ese ambiente ruidoso es parte de esa piel sensible en la que habitamos y que busca transmitir cualquier cosa, algo, por más efímero que sea. A veces me pregunto si se ha perdido la capacidad de lenguaje, de comunicarse o es que simplemente el ruido es la nueva forma de comunicación.

martes, 13 de diciembre de 2016

1:4

A lo largo de este tiempo he hecho una cosa mala: el dinero. Los demás fueron errores. El mensaje de Whatsapp, la reacción... cosas que pudieron haberse evitado, pero eventos menores, eventos que suceden en todas partes del mundo, en cualquier momento, de las cuales incluso bromeamos pero que ahora se sobrerreaccionarón (overreaction), se llevaron lejos para lo que de verdad fueron. Mi silencio fue una manera de protesta, de decir no estoy de acuerdo, y si quiere llamar orgullo a mi silencio, hágalo, pero tenga en cuenta que en todas y cada una de las reacciones que hubo del otro lado también hubo orgullo de sobra. Yo no creo que esto sea para mejor, o concientizador, o un reflejo de mis actos —porque en muchos hubo una malicia que jamas residió en mi—, todo esto es, en una palabra, represalias (retaliation), cobrarle algo a alguien. Basta tomar el tiempo, palabras y actos como evidencia. Seguramente se ha de encontrar cansado de mis cantaretas, yo en ocasiones me canso de repetir lo mismo, pero el contexto es un gran círculo vicioso con dos bandos que chocan entre sí y en el que el problema principal no es el número de personas del otro lado, porque pueden ser 1 vs 500, el problema es que se ha combatido el motivo equivocado. Pero nosotros los humanos somos especímenes extraños, condenamos la impulsividad, por ejemplo, pero sin dicha impulsividad no hubiese escrito la carta, misma que no recibió la misma intensidad de respuesta que su opuesto; al menos no en el momento en que sucedió. Ya para acabar, tengo una pregunta: ¿la próxima vez que suceda un evento similar (un conflicto entre dos personas) en una escuela, o cualquier otro lugar, se actuará de la misma manera? ¿Se expondrá el acto para que la multitud arroje las piedras? Y tomando en cuenta como es el ser humano de mimetizador, realmente es preocupante que se sigan los mismos pasos. Porque esa no es manera de solucionar un problema. No de todos los golpes se aprende.

lunes, 12 de diciembre de 2016

2:2

Yo no se mucho de resolución de problemas pero lo que se es que los problemas son como un incendio: el objetivo principal es que no se vuelvan de mayores dimensiones. ¿Y qué tenemos aquí? Que de una chispa generada entre dos personas se generó un incendio de proporciones mayúsculas. A le dijo a B, a C y a D, y cual reacción en cadena, aquella chispa se volvió incontrolable. Y aunque las acciones sean voluntarias o involuntariamente, los sentimientos son reales. Así que si algún día tiene un problema, un consejo: no involucre más gente. La gente suele tomar bandos. La gente suele ser imparcial. Suele ver la problemática desde sus partes, no desde el todo. Así que como dice cierta frase celebre en ingles "more money, more problems" acá se adaptaría a "more people, more problems".

Sí, unos a otros nos necesitamos pero en ocasiones involucrar a otras personas en asuntos que no son de su incumbencia suele tergiversar un problema. A veces, el termino red social suele ser usado de maneras incorrectas aplicándose en circunstancias que están lejos de ser de la incumbencia de otra gente y aplicando métodos que lejos de brindar un bienestar o ayudar a solucionar una problemática, la volatizan más. Lo dije antes, lo digo ahora: las personas tienen esa cualidad única de ser enfermedad y ser cura. ¿En qué momento la red se torna en soga? ¿Hasta donde pueden las personas llegar para lograr algo? ¿Es el "todo se vale" (o como diría Malcolm X "by any means necessary") valido en cualquier instancia? ¿Cuál es la linea que delimita lo correcto de lo incorrecto y quién traza esa línea?

Hasta hoy día no ha habido solución a la problemática. Probablemente las personas agraviadas se sientan mejor, o sientan que se haya hecho "justicia", porque el agresor recibió su merecido. Pero de igual forma que cuando una multitud lincha a una persona por algún agravio que cometió, no se acaba con el problema, se acaba con la persona, y la persona no es el problema; al menos no en su dimensión total.

jueves, 8 de diciembre de 2016

0:5

¿A qué se refieren cuando alguien dice el sexo débil?
¿Basado en qué escala?
Misoginia: una mujer hablando de otra mujer.
El mundo es hostil incluso entre ellas.
Los hombres también lloran.
Al parecer no somos tan diferentes.
La falta de respeto no es un problema femenino;
todos lo sufrimos.
La desigualdad,
no es solo para quien viste faldas.
Sexo débil,
no existe tal;
aquí no hay trato especial,
mujeres y hombres por igual,
sufren las mismas amenazas.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

1:4

Oh, mujeres. Sí, en los últimos tiempos las mujeres han sido víctimas de actos deleznables. Desde las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez hasta las mujeres secuestradas en África a manos de Boko Haram. Pero más allá de dichos eventos, para nada menores, las mujeres poseen ahora mayor terreno que antes. Hablando desde la perspectiva de mi círculo inmediato, las mujeres son pilares de hogares, son notables profesionistas, son remarcables estudiantes y al mismo tiempo son también una nueva especie de hombre, ya que, al igual que el genero masculino, suele compartir comportamientos parecidos (que van desde el vocabulario hasta la forma de relacionarse); ya no existe más aquella linea divisora de antaño. Así que, cuando veo todas esas campañas a favor de la mujer pidiendo mejores cosas para ellas, no me parece incorrecto, pero en lo particular opino que todos, dejando géneros de lado, deberíamos aspirar a mejores cosas en este país. A pesar de las desventuras que aún en la actualidad sufren (y que sufrimos todos), las mujeres, para mi, han dejado de ser el sexo débil.

domingo, 4 de diciembre de 2016

1:5

¿Tú vales por lo que eres o por lo que puedes ser? Por ejemplo, un billete vale por lo que es, no por lo que puede ser. Vale por su denominación no por la potencialidad de ser un avión. Pero nosotros no somos dinero. No somos moneda de cambio. No somos un monto. Uno es más que una herramienta de intercambio. Uno vale por lo que puede ser. Por lo que puede aprender. Si todo se limitara a una simple característica, a una solitaria singularidad, a un mote, pues entonces se perdería mucho. Uno no es una maldita licuadora que alguien compra porque puede triturar alimentos. Pero al final en eso nos hemos convertido: en algo que la gente elige para brindarle una facilidad. Un mundo de potencialidades desperdiciado.

***

El otro día caminando, en mi camino encontré una piedra. La aparte del montón, apunté y tiré. La piedra pasó justo en medio de las dos llantas traseras. Seguí caminando y me encontré otra piedra. Esta vez quería que la piedra diera un salto a la acera. Una vez más la separé, apunté y tiré. Esta ocasión la piedra solo reboto en el borde de la calle. Continuo caminando y me encuentro otra piedra. La separo, apunto y disparo. La piedra golpea el borde de metal de una reja. ¿De qué carajos estoy hablando, cierto? Por qué te estoy contando esto, te preguntarás. Porque las relaciones son como esas piedras: no siempre resulta lo que queremos pero debemos seguir intentando, debemos seguir andando. Hoy cortas con tu pareja, mañana llega otra. Hoy resultó lo que querías, mañana no. Así es la vida. Y en muchos aspectos somos idénticos a una piedra. Por ejemplo, ninguno de los dos sabemos cómo hemos llegado hasta aquí.