¿Quién demonios es Damon Albarn? Para quienes desconocen quién es tan distinguido sujeto, es nada más y nada menos que el co-fundador de Gorillaz —sí, esos personajes virtuales famosos por canciones como 'Feel Good Inc.' con De La Soul y 'Clint Eastwood'— y parte de la mítica banda británica Blur —sí, esos que peleaban de tú a tú con Oasis por un puesto en los charts ingleses y alrededor del mundo—. "Everyday Robots" es el primer álbum en solitario del oriundo de Londres, Inglaterra, y me gustaría decir que lo propuesto en este material está lejos de aquel sonido noventero de Blur o de uno más contemporáneo como el de Gorillaz —aunque suelen dar ciertas insinuaciones a tal sonido primate a lo largo del disco—. Lo que aquí acontece es un sonido minimalista, lleno de escenarios alucinantes, que pueden llevarte del jubilo (como en 'Mr Tembo') a la catatonia (como en 'Hostiles') en cuestión de segundos, de esos álbumes dignos de un escenario bien londinense: de gran humedad y cielos nublados.
A lo largo de la carrera de Damon Albarn la diversidad siempre ha existido —puede pasar de interpretaciones como 'Crazy Beat' a 'The Universal'— pero, como la portada bien nos indica —¿será aficionado del Arsenal el señor Albarn?—, existe un alto predominio de canciones que son una atenta invitación a la meditación, a la introspección, ya que la temática gira en torno a la visión actual que se tiene del ser humano, del automatismo al que se ha llegado, como bien lo describe el corte inicial del álbum y que lleva por título el del disco. Así, en "Everyday Robots" podemos encontrar de todo un poco como bien lo demuestran los cortes 'Photographs (You Are Taking Now)' donde se puede escuchar la dirección electrónica, 'The History of a Cheating Heart' donde se nota una tendencia más acústica o bien, la pegajosa conclusión de 'Heavy Seas of Love' que sacude un tanto los cuerpos tras la permanente obnubilada. Debo admitir que por pasajes del disco vino a mi cabeza el nombre de Portishead (una grandísima banda británica de Trip-Hop) por la manera en que la música te logra teletransportar utilizando las mezclas correctas (aunque como la voz de Beth Gibbons, ninguna).
No me podría ir sin resaltar dos de mis favoritas personales —aunque todo el disco en sí es una maravilla— que son: 'Lonely Press Play' y 'The Selfish Giant' (ésta última toma su nombre del cuento de Oscar Wilde del mismo nombre) el tipo de canciones a doc para escuchar en estas temporadas invernales sin mayor resplandor que la guía de luces que iluminan las calles o casa. No por nada "Everyday Robots" fue nominado al Mercury Prize: un disco completo, un tanto enigmático y que con cada escucha te va revelando nuevos detalles, te va enganchando, continua enamorándote. Otra de las muy buenas cosas que me han sucedido este año.
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