Cuando se habla de metal, un género que suele hacer mucho hincapié en quién es "auténtico" y quién no, bandas como Slipknot —y varias más denominadas como Nu Metal— son juzgadas duramente. ¿Por qué? Simples prejuicios. Porque si nos enfocamos en su música, realmente no son tan malos; sobre todo sus dos primeros álbumes. En esta ocasión a ojos y oídos de ustedes traigo lo que fue el primogénito, lanzado en 1999 y que por título lleva "Slipknot" —sí, no se quebraron mucho la cabeza—. Hoy en día la agrupación procedente de Des Moines, Iowa cuenta con cinco álbumes (el más reciente lanzado este 2014) pero de toda esa mano, fueron los iniciales los que marcaron su carrera y dieron a ellos una gran base de adeptos —que ellos llaman maggots—.
Insisto: ¿qué hay de malo en la música de Slipknot? Basta con escuchar los dos primeros cortes de "Slipknot": '(Sic)' y 'Eyeless' para darse cuenta de que la tormenta viene fuerte, que la contundencia de cada golpe conforme avanza el material es severa, aunado a eso, la carga de nihilismo y odio no solo hacía la sociedad sino a sí mismos lo hacen aún más violento y amenazante. También encontraremos a nuestro paso dos canciones conocidas de ellos: 'Spit It Out' y 'Wait and Bleed' que, para mi, son mil veces más inmensas en vivo aunque en ningún momento pierden ese ritmo demente que rodea el álbum. Por momentos pareciera que estás dentro de la cabeza de alguna víctima de esquizofrenia por lo turbante que se presentan sus canciones —basta darle una escuchada a 'Tattered & Torn' o 'Me Inside'—. "Slipknot", como se dijo antes, es letal, demoledor, con canciones que van directo al grano, de igual manera, hay cortes más elaborados y que de igual manera son un éxito como 'Prosthetics' —mejor que toda la discografía de Fear Factory manejando un estilo bastante industrial— o 'Scissors' —ésta última cierra el disco y contiene en su parte final una canción que lleva por nombre 'Eeyore' igual de apabullante— donde la demencia no termina.
Y qué decir de sus componentes: en las vocales está Corey Taylor —sí, el mismo de Stone Sour—, uno de los frontman más versátiles que puedan existir, que va desde el uso de voces desgarradoras hasta otras más rapeadas —como en 'No Life'—; Mick Thomson y Jim Root —ex-Stone Sour— son unas bestias en las guitarras con riffs altamente triturantes —chéquense 'Surfacing'— y Joey Jordison, un baterista conocido por su vehemente estilo que no solo maneja altas velocidades sino buen uso de los tiempos. Gente bastante capaz desde mi particular opinión. Se podrá discutir si nueve tipos en un escenario son mucho pero, lo que sea de cada quién, tal característica es parte de la identidad de Slipknot.
"Slipknot" me hizo recordar mucho a "Adrenaline" de Deftones, no porque manejen una misma línea, sino por lo único que es el material comparado con posteriores. Podemos entrar en debate si actualmente están lejos o cerca de este sonido, de que si son una buena o mala banda, pero lo cierto es que "Slipknot" se ha convertido en uno de mis favoritos, otorgando plusvalía a una banda que se merece mayor crédito del que algunos le han otorgado a lo largo de su trayectoria. En lo que a mi respecta, este álbum es todo lo que el Nu Metal debió ser en su momento: innovador —sin abusar del uso de tornamesas y convertirse en una pésima ramificación del Hip-Hop/Rap— y al mismo tiempo pesado. Si tienen la oportunidad de oírlo no se arrepentirán.
Insisto: ¿qué hay de malo en la música de Slipknot? Basta con escuchar los dos primeros cortes de "Slipknot": '(Sic)' y 'Eyeless' para darse cuenta de que la tormenta viene fuerte, que la contundencia de cada golpe conforme avanza el material es severa, aunado a eso, la carga de nihilismo y odio no solo hacía la sociedad sino a sí mismos lo hacen aún más violento y amenazante. También encontraremos a nuestro paso dos canciones conocidas de ellos: 'Spit It Out' y 'Wait and Bleed' que, para mi, son mil veces más inmensas en vivo aunque en ningún momento pierden ese ritmo demente que rodea el álbum. Por momentos pareciera que estás dentro de la cabeza de alguna víctima de esquizofrenia por lo turbante que se presentan sus canciones —basta darle una escuchada a 'Tattered & Torn' o 'Me Inside'—. "Slipknot", como se dijo antes, es letal, demoledor, con canciones que van directo al grano, de igual manera, hay cortes más elaborados y que de igual manera son un éxito como 'Prosthetics' —mejor que toda la discografía de Fear Factory manejando un estilo bastante industrial— o 'Scissors' —ésta última cierra el disco y contiene en su parte final una canción que lleva por nombre 'Eeyore' igual de apabullante— donde la demencia no termina.
Y qué decir de sus componentes: en las vocales está Corey Taylor —sí, el mismo de Stone Sour—, uno de los frontman más versátiles que puedan existir, que va desde el uso de voces desgarradoras hasta otras más rapeadas —como en 'No Life'—; Mick Thomson y Jim Root —ex-Stone Sour— son unas bestias en las guitarras con riffs altamente triturantes —chéquense 'Surfacing'— y Joey Jordison, un baterista conocido por su vehemente estilo que no solo maneja altas velocidades sino buen uso de los tiempos. Gente bastante capaz desde mi particular opinión. Se podrá discutir si nueve tipos en un escenario son mucho pero, lo que sea de cada quién, tal característica es parte de la identidad de Slipknot.
"Slipknot" me hizo recordar mucho a "Adrenaline" de Deftones, no porque manejen una misma línea, sino por lo único que es el material comparado con posteriores. Podemos entrar en debate si actualmente están lejos o cerca de este sonido, de que si son una buena o mala banda, pero lo cierto es que "Slipknot" se ha convertido en uno de mis favoritos, otorgando plusvalía a una banda que se merece mayor crédito del que algunos le han otorgado a lo largo de su trayectoria. En lo que a mi respecta, este álbum es todo lo que el Nu Metal debió ser en su momento: innovador —sin abusar del uso de tornamesas y convertirse en una pésima ramificación del Hip-Hop/Rap— y al mismo tiempo pesado. Si tienen la oportunidad de oírlo no se arrepentirán.
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