Sentir es como caminar: no porque puedas moverte significa que llegaras a algún lado. Así que aquí nos encontramos, corriendo para todos lados y para ningún lado. Somos personas en un incendio y a quién le importa mantener la calma. Aquí las pulsiones flotan. Ahora recuerdo por qué los programas triunfaban: porque usaban los sentimientos como alimento. Una lagrima era agua en el desierto. El enojo era el más grande de los condimentos. Yo siempre me pregunté por qué la gente seguía esos programas si no resolvían nada, solamente exaltaban. Respuesta: vivimos en un gran coliseo romano, aquí todo lo que fluye es ganancia; sea sangre, cuerpos, sentimientos. Nunca he consumido una droga pero así es como se debe de sentir: algo que te mantiene separado... o anclado, como mejor haya de servir.
jueves, 24 de noviembre de 2016
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