"This is not the sound of a new man or a crispy realization. It's the sound of the unlocking and the lift away. Your love will be safe with me."

martes, 13 de mayo de 2014

Tlachtli

Si te gusta el fútbol, quizás te guste esto. O quizás no porque no tenga columna en Récord o Don Balón. Quizás te guste porque leer sea tu afición o porque sencillamente no tenías mejor cosa que hacer el día de hoy que leer el post de su servidor. Lo que a continuación trato de desarrollar en este espacio es la crítica realidad que el fútbol mexicano pasa; desde el error que es para mi la liguilla hasta por qué nunca seremos campeones del mundo con una mentalidad de pacotilla. Empecemos:

1. ¿Quién gana en el fútbol mexicano? Los de pantalón largo, definitivamente. Deportivamente, son pocos los afortunados que se llevan una considerable rebanada de pastel. Históricamente, México es un país que, en términos tácticos, parece vivir siempre en el catenaccio —ponderando el bienestar personal pero haciendo poco contra los embates del de enfrente—. Y en este juego de once contra once no es la excepción. Y si no echemos un vistazo a la selección, que es un éxito rotundo en cuanto a lo que hace bailar al perro pero que siempre se queda en el intento cuando se habla de grandes puestos, o al nivel de la competición local, que fiel a conocida canción de Vicente Fernández, se trata de saber llegar.

2. Si al menos la selección fuera como la pinta la televisión. Si fuera así, créanme que nos hablaríamos de tú con Brasil o nos echaríamos una buena fabada con España. Pero lamentablemente. una vez que se apagan las luces del set y se encienden las de las canchas, la grandeza parece haber sido totalmente rasurada por Gillete o mal financiada por Banamex. No sé, pero lo cierto es, que cuando un producto humano se torna un producto comercial, los resultados suelen ser tan desastrosos como la mentalidad de que somos el gigante de la CONCACAF —una zona tan limitada y austera que se sabe más de Bob Marley o el Canal de Panamá que cuál es el nombre del presidente de nuestra amada zona—.

3. ¿Qué es el fútbol mexicano? Palabras más, palabras menos, es una lucha semanal por demostrar que podríamos ser tan buenos como la Premier o la Serie A pero la realidad no siempre es virtual. La irregularidad es el tema principal en la tabla general. Aunado a eso, las diecisiete jornadas del torneo regular son únicamente la aduana a un torneo no de mayor calidad pero sí con mayor suspenso y agonía. Justo lo que el mexicano consume día con día.

4. Liguilla: un invento del cual estaría orgulloso Marx. De 18 equipos califican 8. Del 1 al 3 se representa a la clase alta; el 4 y 5 son la clase media; y del 6 al 8 son la clase baja —todo esto en una representación meramente futbolística porque llegan a estar "burgueses" en la "proletaria"—. La lucha de clases nunca fue tan significativa y representativa para una nación que mueve sus fibras en torno a lo que uno le quitan y a otro le dan. Aquí podría entenderse un poco mejor por qué a veces se llega alabar más al equipo que llega de la zona baja a ser campeón que el mismísimo líder general de la competición; es como si ser invitado de último momento o por default tenga mayores dividendos que quien acuñó la regularidad la mayor parte del tiempo. Digan lo que digan, al mexicano le gusta venir de atrás, remontar, no ser el protagonista principal; y el futbol mexicano no es excepción de nuestra antiquísima cotidianidad.

5. ¿México campeón del mundo? Y, seguramente con la astucia del Chapulín Colorado, un poco de gracia y otra cosita, así como la tentación de un beso, llegaremos algún día a cantar de alegría y con las manos extendidas al firmamento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario