Sabes que ha sido el mejor momento de tu vida cuando aprendes a caer en lugar de acostumbrarte. Es la dirección general. Es el camino más fácil de aceptar. Caer, para muchos, es una coreografía, una recompensa de abundantes zalamerías. Porque se encuentra placer en la indefensión. Porque cual faraón se busca ser atendido. Porque se convierte en adicción la mirada de otros mesiéndose al recorrer el rostro mustio y cuerpo curvo; la palmada de aliento cual bebé en hombros. Poseer tu atención. Ser parte de tus pensamientos, traer a tierra firme todo lo omitido de aquel paisaje triste que miraste y no observaste. Gracias por nunca alentar y siempre solapar. Por eso lisiados y vencidos en todo rubro compadecemos.
domingo, 26 de febrero de 2012
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