Drive

Después de estar ausente de las salas de cine, tras ver "Mission Impossible: Ghost Protocol", volví a ese inmenso cuarto con pantalla gigante para mirar una de las películas que más habían llamado mi atención en 2011. Recuerdo que al ver el afiche, con plena seguridad pensé "me he perdido esta película; ahora tendré que comprarla" sin ver siquiera el trailer, la estampa de Ryan Gosling irradiaba templanza; aparte, los colores e indumentaria asomaban un enfoque retrospectivo.

Fue hasta hace días que me enteré de su presencia en la cartelera. Sin pensarlo dos veces, tenía que verla. El ver el trailer confirmo que no era una película cualquiera. El simple hecho de que el protagonista no cargará armas, limitándose solamente a conducir el coche, hizo que mi deseo creciera. Por lo regular el tópico común está plagado de tiroteos y ambición departe del personaje principal, lo cual no se apreciaba aquí.

De lo que será presente (si decide verla) es de una película cargada de emoción, impacto y un aprecio categórico al personaje muy bien interpretado por Ryan Gosling. ¿Quién es él? Su nombre se desconoce. Sólo se sabe que es un doble en películas, es trabajador de un taller mecánico, vive solo y participa en asaltos. Lo demás contenido es un desencadenamiento de eventos que lo llevan a efectuar hechos que bien no se podrían relacionar con su personalidad pero que si esculca bien, se pueden interpretar.

El que esté nominada al óscar no debe pasarse inadvertido. Desconozco contra quién participa y en qué terna pero una estatuilla sí merecería por su buena elaboración, actuaciones y argumento; de igual manera, gánese o no, permanecería en mi la estimación, el vinculo hacía una película que me deja como mensaje que aún hay historias que contar y modelos que seguir. Así que, si se anuncia en cartelera, no dude en ir y exaltarse por el estruendo de los motores, rechinones y otros espesos momentos.