"This is not the sound of a new man or a crispy realization. It's the sound of the unlocking and the lift away. Your love will be safe with me."

martes, 3 de enero de 2012

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Comienza el 2012 y sigo bajo el mismo nombre. Aquel que con los años he dado una reputación. A veces mala, por instantes buenas pero en grandes lapsos anónima y secreta. Y es que no soy candil en calles ajenas. El 2011 se fue dejándome proyectos que de mi depende terminen en buenos puertos. Y es que, lo que en años anteriores había sido una aventura sin coordenadas, ni rumbos fijos, el año pasado concluyo. Me comprometí conmigo a seguir por aquella brecha donde una sola persona entra. Seguí el camino y lo que me encontré un paisaje montañoso, con temperaturas extremas, de aquellos que motivan en cada escalada y resbalada; aquellos que dejan marcas que de por vida te marcan.

El comienzo fue bravío. Cada golpe, cada esfuerzo, arrastraba al límite, al borde del despojo, de la renuncia a una expedición que parecía no terminaría nunca. Justo ahí, es cuando aparece el deseo. Aquel que nos motiva a seguir y nos dice que lo mejor está por venir; lo peor sería desistir. Quedar nublado para siempre bajo la ceniza y territorial incógnita, perturba y arrumba donde relatos pordioseros se escuchan. Conforme avanzaba, creía; conforme creía, crecía. La meta estaba cerca. Miré abajo y noté la distancia entre el antes y el ahora. Entonces comprendí que la verdadera meta había ya cruzado. Había permanecido en terrenos donde anteriormente miraba distante y cobarde. Ese fue el impulso final a la cima; donde todos son como hormigas y el fracaso es cosa de gravedad.

Palabras más, palabras menos pero eso sí, bien maquiladas. Lo que el 2011 dejó espero continuar este año. Los retos aumentan de dificultad pero es algo con lo que puedo lidiar. Preparado y listo encaro el 2012. El camino es largo y no me rindo.

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