"This is not the sound of a new man or a crispy realization. It's the sound of the unlocking and the lift away. Your love will be safe with me."

sábado, 22 de abril de 2017

715

7

Yo abajo decía: ese avión luce como mosca.
Alguien arriba decía: esa casa luce como hormiga.
Humanidad relativa.
Y así nos vemos cada día,
unos desde sus volvos,
otros desde sus despachos,
sin importar que todos somos del mismo plato;
somos abono,
somos tierra,
somos polvo,
somos suelo,
ese que unos andan a pie
y otros volando.
Desde el cielo todo se ve más fácil,
desde abajo todo se ve con anhelo.

1

Cuando se habla de perdón,
nos ponemos de rodillas
pero el perdón está más arriba.
Cuando se habla de respeto,
nos quedamos callados
pero no todos toman el silencio
con el mismo agrado.
Cuando nos hablan de ser humano,
nos preguntamos
quién es ese pagano
que predica lo opuesto
a lo enseñado;
lo de hoy ya no son las rodillas o el silencio,
lo de hoy no es el perdón o el respeto,
lo de hoy es el ser desértico:
aislado, acalorado, cruento;
una promesa de oasis
entre lo desierto.

5

¿El amor es la esperanza?
No, el amor es lo que se espera
pero mientras esperamos
nos conformamos con el fuego de la hoguera,
ese cuyo fuego arde a base de humanos
que en busca de lo eterno
perecen en las llamas de lo terreno,
en sus vicios, en sus miedos, en sus deseos.
¿Alguna vez se ha preguntado
dónde va toda esa gente?
No al cielo, no al infierno
sino al olvido de la gente;
pues lo que el fuego consume tan pronto
no vale la pena el recuerdo;
por eso esperamos
por algo auténtico y verdadero.

lunes, 10 de abril de 2017

Afasia

Afasia es un pueblo pequeño, de tan solo 10 casas y 20 habitantes, austero, vacío la mayor parte del tiempo, adulto, casi viejo, sumergido en su silencio interno y en la calma terrenal que desde la llegada de una pistola fue corrompido desde adentro.

Era un día nublado, presagio, quizás, de lo que vendría, cuando aquel señor barbado, desaliñado, dejo caer a la entrada de mi casa dicho instrumento extraño, desconocido hasta aquel momento. La curiosidad por mi corrió mientras que una maldición a lo lejos se oyó: "nada es igual cuando en tus manos se posa". La voz de a poco se fue perdiendo pero aquella oración y su estruendo perduró en mi por mucho tiempo.

En mis manos, aquel objeto sobresalía por sí mismo. Era de un color plateado como el metal mismo. Brilloso. El sol, que entre nube y nube se asomaba, se reflejaba sobre ella, dejando encandilada mi vista; un punto negro se posaba en la frente del único vecino allí presente, cuyo rostro permanecía impávido. "Al parecer, hoy es un buen día para recibir regalos", pronunció, al tiempo que seguía su camino hacía su casa.

Lo siguiente fue llevar la pistola a la mesa redonda, justo en el medio del pueblo, donde el destino de las cosas se decidía. Los habitantes de a poco se fueron acercando, congregando, algunos sorprendidos, otros entusiasmados por el nuevo objeto arribado. Pero solo uno abrió la boca y señaló al objeto por su nombre; a partir de ese momento supimos lo que era más no lo que vendría. "Eso era lo que llamaban arma", dijo el inquilino senil de Afasia al tiempo que concluía "y nadie salia vivo de ella".

El pueblo decidió que el arma en esa mesa se quedaría y que solo bajo circunstancias especificas se tomaría, el arma era un medio para lograr algo, como una pala, pero incluso los objetos más insignificantes podían causar estragos en nuestro suelo. Quien tomara el arma debía de saber de la responsabilidad entre sus dedos. No solo lo afectaría a él sino a quienes se encontraban entre él.

Cuando 15 días se cumplieron desde que el arma llegó aquí, un día sin que nadie lo pudiera prevenir, el arma no estaba más en la mesa. Lagg apuntaba el arma a Clem mientras profería "nunca más volverás a poner un pie en mi casa". El rostro de Lagg se mostraba árido e inexpresivo en contraste con el rostro sudado y preocupado de Clem. El miedo y el enojo se encontraban frente a frente y fue, precisamente, la frente de Clem, quien salpicó el suelo verde de ese liquido rojo.

Nadie lo podía creer. El cuerpo sin vida de Clem yacía allí enfrente de una audiencia sorprendida, despojado, recostado en una alfombra verde mientras la sangre segupia su cauce hacía un nido de hormigas. Analogía de quien es superado ante una circunstancia que le supera inmensamente. No hay manera de que la palabra tragedia se evadiera tanto aquí como allá.

Meses después de la muerte de Clem y el exilio de Lagg, pues su casa se infestó de hormigas que no dejaban de picotearlo día tras día, en respuesta a la perdida de su hogar, tomando su casa como locación para su nuevo hormiguero, uno donde se dejaba ver la chimenea entre tanta tierra. Era de noche y contaba luciernagas en el cielo cuando, una sombre en la distancia se acercó a la mesa, la ausencia de luz era el camuflage ideal para cualquier animal y humano.

La pistola se alzó de la mesa y se balanceó a la par de la silueta que despues de unos metros se detuvo en la casa de Elle, al tiempo que se adentraba a ella, dejando la puerta abierta asomando la luz de una vela, quieta, postrada en el fondo. Un silencio continuó a la secuencia dejando como único sonido la entonación de un grillo que añadia suspenso a una noche de por sí misteriosa; de pronto, una detonación se escuchó, iluminando brevemente su interior, dejando ver una cabellera larga y una nariz pequeña y chata; era Elle.

Algunas velas surgieron aquí y allá, congregándose a las afueras, estremecidos por aquella detonación sorpresa. Minutos después, un ruido prolongado y constante se escuchó, era Elle arrastrando a su esposo Pe, dejando una estela de sangre en el interior que la luz de la vela dejaba ver. Elle camino y camino, ignorando a los presentes, hasta perderse en aquel oscuro horizonte pronunciando únicamente: "eres mío y de nadie más". Desde esa noche, nunca más se supo de Elle, ni del cuerpo de Pe, ni de Tina, que entre lágrimas y sollozos, dejó su casa esa misma noche.

Un mes después de tan trágico evento, el pueblo se preparaba para recibir a su coronado, el miembro más valioso de la comunidad cuyo esfuerzo y dedicación constante es redituado. La persona en cuestión era Ro quien había vencido a Zu el viernes pasado tras haber deliberado que aun y cuando la simpatía era importante, la autoridad lo era más; pues cualquiera puede llevarse bien con cualquiera mas no cualquiera puede liderear a alguien. Aunque las objeciones no se hicieron esperar, aquella era una comunidad democratica.

Ro y Zu subieron al estrado, decorado con los colores de la comunidad, verde y morado, y con la bandera de aquel viejo faisán devorando un mango ondeando en lo más alto. Ambos tomaron sus respectivos lugares y Ro se levanto para ser coronado; con la alegría en el rostro y listo para decir algo, una detonación prorrumpió a sus espaldas, dejando a su cuerpo sin vida en una caída libre de la cual no se levantaría jamás. Unos se llevaban las manos a la cabeza, otros lloraban desconsoladamente pero nadie recordaba ya que aquel día, era el día para celebrar el triunfo de la democracia.

Aún en el shock del impacto de la pistola, Zu gritó y el pueblo volteó al estrado, la pistola estaba en su cabeza; ella era ahora la victima de su propio atentado. Un silencio se posó de la nada, nadie lloraba, nadie susurraba nada, toda atención estaba en aquel momento urgente. Pero nada podíamos hacer, aquel dedo indice estaba destinado con un propósito, la siguiente bala se reservaba para ella. El martillo cayó y con él no solo el cuerpo de ella sino también nuestra esperanza, la esperanza de que se puede llegar a ser mejores.

Son las 12:00 de la noche y escribo esto en silencio, aislado en mi cuarto, con un poco de luz como testigo y con la pistola a un costado de la mesa, pues la última bala es para mi. Este pueblo no fue el mismo desde que esa arma llegó aquí y me siento responsable por ello. No es que mi muerte solucione algo pero al menos quitara ese gran peso sobre mi. Si algún día alguien lee esto, no se deshagan del arma solo denle el uso correcto.

jueves, 6 de abril de 2017

5, 4, 3, 2...

La psicología comunitaria es una materia de la psicología cuyo enfoque es, como el mismo nombre lo dice, el grupo, la comuna, el todo; contrario al enfoque tradicional de la psicología que se centra en el individuo en vez de centrarse en el entorno que le rodea. Su objetivo es el de dar a dicha comunidad las herramientas para ser auto-suficientes y saber afrontar por ellos mismos las situaciones que se presenten en su entorno. Algo así como el padre que enseña a su hijo a abrocharse las agujetas para que este no recurra al padre con frecuencia cada vez que necesite abrocharse las agujetas.

Lo que tenemos ahora se puede llamar comunitario porque cuenta con un gran número de personas mas no estrictamente porque deje algo bueno a su comunidad. Basado en lo que uno ve, no en lo que sabe, justamente como empezó todo esto, lo que uno ve son gente que sigue ordenes, repitiendo palabras especificas, paradas en las esquinas como halcones o en cualquier otro lugar donde la calle se los permita, persecuciones, qué lugares visitas, por dónde vas a pasar, la invasión de la privacidad, de la vida personal, la violencia desenfrenada hasta tal punto de involucrar y herir a gente ajena, la criminalización de alguien que no es un delincuente.

Todo eso qué deja de bueno, cuál es el beneficio que deja a la gente el ser parte de todo eso, ¿son ellos mejores como individuos miembros de una comunidad? ¿Es su comunidad mejor que antes? ¿Son sus familias, vecinos, amigos mejores que antes? ¿Es la ciudad donde viven un mejor lugar para vivir? Recuerdo cuando la institución que apoya todo esto desde un inicio, robó a sus alumnos miles de pesos con una rifa falsa; ¿dónde estaban todos ellos, los mismos de ahora, en aquel momento corrupto? O cuando el crimen organizado tomó las riendas de la ciudad dejando a sus habitantes petrificados y encerrados en sus hogares; ¿dónde estaban todos esos mismos actores sociales unidos por una misma causa?

Desconozco el panorama completo de lo que se hace, qué se dice de mi, cuál es su justificación, el modus operandi alrededor, pero aún más desconozco los motivos por los cuales la gente lo hace si lo que hace no trae un beneficio directo a la sociedad sino a un grupo determinado. Aplaudo la unión, pero aborrezco sus medios y motivos.

martes, 4 de abril de 2017

Palabras

Si cada palabra que sale de mi boca es una agresión, ¿entonces para qué hablamos? ¿Para qué convivimos? ¿Para qué estamos aquí reunidos? La vida se nos va ir en disculpas, se nos va ir en disputas, se nos va ir en revoluciones. De todas las palabras por las que estoy aquí, en ninguna estuvo en mi la intención de herir pero la gente tiene una fe tan grande en lo que siente que se avienta a su vacío sin pensar dos veces. Si el humano fuese un perro, sería como aquel que vive a lado del viejo árbol: mordería por cualquier cosa, no sabría distinguir entre quién camina y quién pisa. Pero vamos, el humano es más que el instinto y todos lo sabemos. El humano es un animal de intereses. Así que no son solo las palabras el motivo. Las palabras son el subterfugio de algo más escondido.

lunes, 3 de abril de 2017

Ético

En psicología, hay algo llamado código ético, derivado de lo moral, del bien y mal hacer, que en pocas palabras es confidencialidad, o sea, el hacer buen uso del poder que tiene el psicólogo por sobre la información personal del individuo/paciente y en la cual recae una gran responsabilidad sobre el especialista de no divulgar tal información que el individuo con confianza deposita en este.

Así que, aquí tengo el expediente de fulanito, un psicótico esquizofrénico-depresivo limítrofe, que solo por el diagnóstico suena intimidante, suena cabrón, suena a una clase de antagonista creado por Marvel. Ahora imaginen que divulgo, yo como psicólogo, dicha información por mis propios motivos personales; ¿estaré haciendo bien? ¿Son mis motivos mayores que la integridad del sujeto? ¿Existe un motivo más grande que la persona? Dicha decisión puede provocar desde que el avance que se lleva con el paciente se desvanezca hasta provocar que su vida se ponga en riesgo ante un posible suicidio o daño a su persona. La privacidad es muy importante no solo en términos de cotidianidad, sino también en términos de vínculo terapéutico, de profesión; ya que la nuestra no es una que se distinga por divulgar información personal (cual chisme de vecindad), y si así lo fuera, la popularidad del psicólogo sería menor de lo que es ahora.

Lo sé, lo sé, todo esto suena muy moral, del buen hacer, y allá afuera es un desmadre, cada quien hace lo quiera, pero precisamente por eso de quien más se espera, como el psicólogo, es quien menos puede fallar. Más allá de que el sujeto esté mal, no puede haber dos errores en un mismo escenario; y más cuando la otra persona se supone que es la correcta. La gente nos ve como seres superiores (del tipo que responde respuestas y soluciona problemas) y somos quienes menos margen de error tenemos, de quien mayor expectativa hay. Del otro lado no, pues ese está "dañado", ese está "mal", de ese no se espera demasiado. Una vez más: información es poder. Y dicha información en manos de las personas equivocadas, en manos de un gran número de personas, manoseada, compartida de aquí a allá, no es lo ideal para el profesionista mucho menos para el individuo/paciente y su respectiva mejoría.

Apre(h)ender

Un maestro llega y te dice que por los próximos 4 años te pondrá un cigarro encendido en tu brazo para que sientas. Yo creo que el proceso enseñanza-aprendizaje es eso: 50/50. Tú como maestro enseñas, yo como alumno aprendo. Somos equivalentes. Somos igual de importantes. Así que mi pregunta sería por qué no me enseña qué hacer con mis sentimientos porque de antemano sé que sentiré. En ocasiones, no se suele aprender nada de lo que se enseña porque se presupone que lo que se enseña es lo que se necesita, cuando las necesidades pueden ser otras totalmente distintas.

Se hacen planes, se hacen programas para enseñar a la persona algo para acabar resultando que lo que se enseñó no dejo nada en la persona. Quienes enseñan siguen una línea, una línea que busca cubrir cierto terreno, terreno seleccionado de antemano; se busca cubrir lo que se puede, no transmitir lo que se necesita. Y aquí es donde ese porcentaje equilibrado se suele decantar totalmente a quien enseña pues es lo que te ofrece lo que hay aunque poco termine por ser de utilidad. Por eso, ahora tiene sentido aquello que me dijeron de que el sistema abierto era el mejor ya que da a quien aprende la medida de lo que aprende (aunque también habrá que señalar que estamos acostumbrados al sistema tradicional en el que el maestro y alumno están presentes 5 de 7 días a la semana y dicho sistema abierta se suele tomar más a la ligera y sin el valor que se merece).

Al ser parte del grupo de los que aprenden, me gustaría decir que el problema no es aprender sino qué es lo que se aprende. Si lo que se me va a enseñar es el dolor, por el simple hecho de causarlo, en una búsqueda de venganza, de desquite, lo que se aprenderá será equivalente a nada. Enseñar no es únicamente "ten y siente" o  "ten y lee" o "ten y haz esto"; es acompañar en el proceso, es instruir en el camino, parecido a sembrar una planta que se riega y se cuida desde que es semilla. Un proceso mutuo.