Cada vez que tomo esta arma a mi vida se le restan segundos. Me miro al espejo y pregunto: ¿puedo morir en ambos lados? Dejo el arma caer. Se escucha un disparo. Alguien ha muerto al otro lado. Y es mi reflejo. Porque mi cuerpo sigue ahí parado, preguntándose quién habrá disparado; ¿habrá sido suicidio u homicidio calificado? ¿habrá sido el destino o la fatalidad quien estuvo conmigo? Camino, con las manos en los bolsillos, mirando por el rabillo si ha quedado algo vivo o soy lo único que sobrevivo.
lunes, 16 de febrero de 2015
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