¿De quién es el mundo? ¿Del valiente? ¿Del incoherente? ¿Del cobarde que no se atreve a dar un paso al frente? ¿Del escritor que narra una vida entre paréntesis? ¿Del tipo que avienta fuego por la boca a falta de otro placer ajeno al diésel? ¿Del psicoanalista que habla de energía pulsional y fuerzas inconscientes como si hablará de la saga de Star Wars? ¿De la madre que se parte a sí misma para darle a sus hijos lo mejor de esta vida finita? ¿Del padre que lleva a sus hijos al parque para enseñarles la diferencia entre momento e instante? ¿De la abuela que hace pasteles y decora sonrisas? ¿Del artista que ve en aquel par de zapatos raídos que cuelgan del cableado un motivo más para no dejar de caminar? O quizás el mundo no tenga dueño. No pertenezca a un ser supremo o a un ser excepcional. Quizás el mundo solo da vueltas y nosotros nos encargamos de poner todo en su lugar.
miércoles, 11 de febrero de 2015
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