"This is not the sound of a new man or a crispy realization. It's the sound of the unlocking and the lift away. Your love will be safe with me."

domingo, 2 de junio de 2013

Producciones T.I.D. prensentan:

Los Simpsons, una de las series animadas más reconocidas alrededor del mundo, presenta varios aspectos dignos del análisis. Sin embargo, en esta ocasión me enfocaré únicamente a la estructura familiar protagonista, a saber: Marge, Homero, Lisa y Bart. Los demás nombres propios quedarán para una segunda presentación.

Homero (Trastorno Narcisista de la Personalidad): Quizá, uno de los personajes más queridos e incluso desesperantes de las caricaturas. Con ocurrencias que en su mayoría suelen ser derivadas de su idiotez aunque de vez en cuando surgen de una recóndita inteligencia (obstruida por una crayola, claro está), es sin duda el principal protagonista. Fiel a su país, Homero es el arquetipo del hombre americano (e incluso no americano), ofreciendo una actitud torpe, indiferente e irresponsable hacia su entorno afectivo y de sustento; todo lo contrario sucede con la cerveza o la comida, principales fuentes de placer (¡gracias, hipotálamo!).

Más allá de lo divertido y satírico que resulta su interpretación, este esquema masculino es preocupante. ¿Por qué, si es sólo una caricatura? ¿Qué repercusión puede tener? Mucha. Créanme. Sitúa al hombre en un aparador nada favorable, como alguien incapaz de ser algo más que una fuente de ingreso, un prestador de banalidades. Para uso exclusivamente de ganancias, Homero es una mina de oro, por eso se "obstaculiza" su inteligencia como diciendo: "¿es realmente necesaria para sobrevivir, para sacar una familia adelante?".

Otro aspecto que puede servir para un mejor entendimiento y hallazgos de porqués, es el nada menor hecho de que fue abandonado por su madre a una edad en la que su protección y afectividad es vital para cualquiera. Este acontecimiento obliga al padre a entrar en escena, a hacerse cargo de él. ¿Resultado? Una relación bastante friccionada resultado de dos opuestos: la rígida exigencia militar y el grito ensordecedor de libertad; pasado y presente buscando un lugar en el futuro. Y todo lo que su padre fue, el hizo.

Marge (Trastorno de Ansiedad Generalizada): De exótica y abundante cabellera azul, esta madre de familia representa lo que la mujer es (dentro y fuera de EUA). Bastión de dos niños y un esposo, esclava y servidora de los quehaceres del hogar, con poca vida social pero sí mucho que reparar. Una mujer apocada, con escaso resquicios de jerarquía, pero sí mucho sentido de cordura, planeación y modales. Una mujer que tal parece suele ser la típica fémina con un sentimiento de minusvalía que toma el primer tren que aparezca como si no fuera haber más, como si se sintiera indigna de algo más, sin importar que los caminos le dejen lejos de toda propia expectativa. Una vez más fungiendo un papel secundario.

Lisa (Trastorno Obsesivo-Compulsivo): La más ilustre de de todos es también la menos "divertida" y entendida de la familia. Su manera de ser dando prioridad al estudio así como a actividades distintas a las generales (el saxofón, solución de crucigramas y deletreo, por ejemplo) le pone en un escalafón bastante inferior en cuanto a popularidad pero superior en cuanto conocimiento (claro está, ésto último es tan innecesario por no ser comercial). Con todo lo anterior, es una luchadora vegetariana defensora de su género así como de sus contemporáneas quienes viven engatusadas por las corporaciones. Lo más irónico es que, todo parece indicar, que su brillantez viene del lado paterno; ¿será acaso por eso que la relación con su padre es blanco y negro?

Bart (Deficit de Atención con Hiperactividad): El primogénito, el desobediente, el aparatoso, el maldoso, la oveja negra, el más "onda", es otro de los predilectos entre el público; y, como pudieron haber notado, con calificativos nada positivos pero representa el skateboarding (popularísimo deporte), símbolo de libertad y libre albedrío. Un personaje que nunca superó la llegada de Lisa con quien vive una relación amor-odio propia de tal rivalidad fraternal y del choque de polos así como la hostilidad de su padre (¿repitiendo patrones como en los viejos tiempos, homie?). Al igual que con Homero, preocupa el mensaje que transmite al constantemente salirse con la suya incluso cuando parece ser reprendido. Es el prototipo de popularidad, de afiliación, de superioridad (ojo) social donde, tristemente, no gana el más apto sino el más payaso.

Como se pudo apreciar, la popularidad se distingue en el grado de irreverencia, obstinación y despreocupación, no el grado de conocimientos, sapiencia, moralidad, civismo o ética. No, dichos argumentos no parecen ser formativos ni remunerantes. La elección es relativa, claro está, pero en muchas ocasiones es más imperativa; ésto último dependerá del grado de maleabilidad de la persona. Mil y un preguntas pueden surgir: ¿existe identificación por reconocimiento? ¿existe identificación por deseo? ¿vivimos en una sociedad tan dominante y contaminante que nos hace rechazar lo que no impera? ¿estamos condenados a seguir modelos por más que nos duela?... y de las respuestas, somos dueños.

NOTA: Lo anterior es un ejercicio de escrutinio ampliamente debatible y receptible a opiniones. Gracias.

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