Siempre se pierde. Como el acento que se omite o la palabra que no se dice.
Siempre se gana. Como el beso en la secundaria o el primer sueldo de la semana.
¿Cuándo perdemos? Cuando somos todo y nada, anda y ve, ser o no ser.
¿Cuándo ganamos? Cuando somos más que palabras llevadas por el viento.
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