"This is not the sound of a new man or a crispy realization. It's the sound of the unlocking and the lift away. Your love will be safe with me."

lunes, 22 de octubre de 2012

1: Tercos los tuertos

Esta historia comienza debajo de un árbol. ¿Por qué debajo de un árbol?... ¿Por qué en el asiento del conductor en un automóvil a máxima velocidad? ¿Por qué en un bar con una cerveza en la mano? ¿Por qué en un sueño de tan alta fidelidad que parece auténtico? ¿Por qué en medio de una pesadilla levantándome de repente?... En un árbol inicia, porque toda historia tiene su enigma.

Me encontraba caminando una de esas madrugadas donde el silencio se convierte en el escaparate más efectivo de los pensamientos, donde el ruido es remoto y se ahoga con facilidad; nada que ver a la luz del día, donde su presencia te desquicia con alevosía. Es en mi camino, en mi ensimismamiento, donde descubrí el desperdicio tan horroroso de estos invaluables momentos mientras un anuncio de Corona me seducía en tan ilustre momento.

¿Acaso era algo en mi que me lo impedía ver? ¿Acaso era algo en ellos que les impide reconocer? ¿Acaso era algo en los cielos que les impedía permanecer? No lo sé; yo lo único que sabía era que al anochecer mi ritmo de vida disminuía, mi superyó con alegría se exhibía y mi vida con atrevimiento exponía. Definitivamente, un retrato del presente mucho más fuerte que todas las fantasías paladinas.

Sin embargo, algo había en aquella noche que me permitía creer, que motivaba en mi un creciente insistir, quizá era la mujer que frente a mi veía, quizá era una realidad que moribunda se erigía, cualquiera que sea el motivo, presentí que en aquel momento algo gigantesco se construía. Volteé hacía el semáforo esperando en el un verde... y de rojo no se movía; no así los conductores que de noche parecen sabandijas escurridizas. Y fue así que llegó el verde, como una excusa a la moral (si es que aún mantienen sus veladoras encendidas) y reforzando pertinazmente.

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