Complemento. Media naranja. Una búsqueda de adolescentes y adultos. ¿Cuántas veces han oído a su amigo o desconocido: "es ella/él mi media naranja"? De seguro tan frecuente como su servidor. Y es inevitable pronunciar esa sentencia, cuando las cosas después de un tiempo empiezan a salir bien. La pregunta es ¿qué es una media naranja? Las historias que deambulan por la calle nos la definen como aquel ser que comparte estilo, talante y gustos; lo que para mi es, una concepción no muy lejana de Disneyland.
El amor de hoy, el amor que nos transmiten, el amor que transmitimos, es cada día más frío y marchito; por lo cual, una definición como la de arriba viene a entusiasmarnos aún y cuando sepamos que no es real. ¿Qué nos hace ser tan mezquinos cuando de amor nos referimos? No lo sé. Son casos particulares. Pero lo que sí puede ser observable es la ajada interpretación de la palabra y en lo que en su entorno reside. Yo no me hago llamar el Kaiser del amor y es por eso que escribo estas lineas, para dar mi versión: mi propio escenario de este crucero al que no he zarpado. Para mi el amor es tan riesgoso y tentador como un callejón; nunca sabes que hay detrás de aquella cortina pero lo quieres averiguar, quieres hayas un lugar donde aparcar. De ahí extraigo que mi definición de "media naranja" sea lo opuesto a la mayoritaria. Tiene que ser como lo que constituye un día: sol y luna; el lado templado y su complemento indómita. ¿Por qué crees que en 365 días llega un aniversario?.
Lo que hace que el amor se corone, no lo hace ni el matrimonio ni el hogar; lo hace el saber que la persona de al lado es la excepción que tu mundo necesita. Si eres apocado triunfas al estar de la mano de quienes las multitudes hablan; si eres dedicada triunfas al estar de la mano del renegado con quien brincas bardas; si eres risueña triunfas de la mano de quien con sus ojos inexorables te contempla. Tan sencillo como Antagoras lo decía: "las cosas se conocen por sus contrarios". No hay nada en este mundo que como humanos deseemos más que otro ser no lo esperara jamás. ¿Locura? ¿Confuso? ¿Inentendible? Y... cuando aprendemos un nuevo idioma las maldiciones son las que pronunciamos mejor.
El amor de hoy, el amor que nos transmiten, el amor que transmitimos, es cada día más frío y marchito; por lo cual, una definición como la de arriba viene a entusiasmarnos aún y cuando sepamos que no es real. ¿Qué nos hace ser tan mezquinos cuando de amor nos referimos? No lo sé. Son casos particulares. Pero lo que sí puede ser observable es la ajada interpretación de la palabra y en lo que en su entorno reside. Yo no me hago llamar el Kaiser del amor y es por eso que escribo estas lineas, para dar mi versión: mi propio escenario de este crucero al que no he zarpado. Para mi el amor es tan riesgoso y tentador como un callejón; nunca sabes que hay detrás de aquella cortina pero lo quieres averiguar, quieres hayas un lugar donde aparcar. De ahí extraigo que mi definición de "media naranja" sea lo opuesto a la mayoritaria. Tiene que ser como lo que constituye un día: sol y luna; el lado templado y su complemento indómita. ¿Por qué crees que en 365 días llega un aniversario?.
Lo que hace que el amor se corone, no lo hace ni el matrimonio ni el hogar; lo hace el saber que la persona de al lado es la excepción que tu mundo necesita. Si eres apocado triunfas al estar de la mano de quienes las multitudes hablan; si eres dedicada triunfas al estar de la mano del renegado con quien brincas bardas; si eres risueña triunfas de la mano de quien con sus ojos inexorables te contempla. Tan sencillo como Antagoras lo decía: "las cosas se conocen por sus contrarios". No hay nada en este mundo que como humanos deseemos más que otro ser no lo esperara jamás. ¿Locura? ¿Confuso? ¿Inentendible? Y... cuando aprendemos un nuevo idioma las maldiciones son las que pronunciamos mejor.
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